Recuperados los documentos más antiguos del archivo de Sants (Barcelona)
Siempre me sorprendo cuando los archiveros encuentran documentos inesperadamente en sus archivos: ¿Es que los habían perdido y no nos lo decían? ¿O es que no saben lo que tienen?
De entre la documentación pendiente de clasificar del Archivo Municipal de Barcelona Distrito de Sants-Montjuic, han aparecido los que resultan ser los documentos más antiguos que este conserva.
Pero ¿de dónde han salido? Son unos huérfanos adoptados por el archivo, auténticos supervivientes de mil y un traslados y descontextualizados del fondo eminentemente administrativo en el que han terminado. Están pidiendo a gritos que su mensaje sea puesto en contexto para que recobre el significado y trascendencia que tuviera antaño.
En realidad no es tan sorprendente que «aparezcan» documentos. Los archivos no son almacenes de papel, son entes activos. Sus fondos varían porque hacen adquisiciones, reciben donaciones… y no siempre éstas han venido acompañadas de una lista detallada e inventariada. Clasificar los contenidos, ordenar, hacer accesible, es una tarea que comporta tiempo y recursos. Sólo cuando se hacen estos descubrimientos tal esfuerzo tiene una repercusión mediática, pero pone de manifiesto cuán importante es.
La constancia de la existencia de un documento es tan importante como la conservación física del mismo. Una cosa sin la otra no tiene sentido.
Os presento los cuatro abueletes de Sants:
- Llovera consultor de la parroquia de Collsabadell (manuscrito en latín), 1597.
- “Libro del santo misterio del azotamiento de la Confraría de alpargateros de San Francisco” (Llibre del Sant Misteri del asotament de la Confraria dels espardenyes de Sant Fran[ces]ch). Legajo en pergamino y papel verjurado, 1705.
- Contribución del caballero pensionado Juan Phelipe de Castaños. Impreso, 1773.
- Contribuciones y arbitrios. Impreso, 1808.
Desde mi ignorancia como documentalista, lo que mayor curiosidad me despierta es el misterio del azotamiento de la confraría de alpargateros (¿los azotaron a todos porque sus alpargatas eran defectuosas? O quizás éstas causaban nafras y lesiones a impíos y malhechores pero no a creientes ni gente de bien?).
La documentación estaba custodiada en condicions que garantizaban su estabilidad, y sólo se tuvo que intervenir en daños muy antiguos. Su valor justificaba un tratamiento de conservación de los más acusados: manchas de humedad, galerías de carcoma, pliegues con desgarros… entre otros.
En una entrada a parte describo el tratamiento de uno de ellos, que tenía la peculiaridad de tener un sello lacrado. Es muy importante preservarlo intacto, no sólo para no alterar su validez legal, sinó también porque la información que de él mana reside en su relieve, y esto hace que el aplanado de la hoja sea más complejo (¡no podemos aplastarlo en la prensa!). Se ha resuleto el conflicto haciendo un aplanado por tensión. Esta tensión no refiere al presunto tembleque del pulso del restaurador que ha de intervenir una pieza de esta antigüedad, sino a la aplicada para estirar los pliegues del papel. ¿Y no se aplana el relive del sello, también? –os diréis–. Pues no, ved cómo y porqué aquí.
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Recuperados los documentos más antiguos del archivo de Sants (Barcelona)
Siempre me sorprendo cuando los archiveros encuentran documentos inesperadamente en sus archivos: ¿Es que los habían perdido y no nos lo decían? ¿O es que no saben lo que tienen?
De entre la documentación pendiente de clasificar del Archivo Municipal de Barcelona Distrito de Sants-Montjuic, han aparecido los que resultan ser los documentos más antiguos que este conserva.
Pero ¿de dónde han salido? Son unos huérfanos adoptados por el archivo, auténticos supervivientes de mil y un traslados y descontextualizados del fondo eminentemente administrativo en el que han terminado. Están pidiendo a gritos que su mensaje sea puesto en contexto para que recobre el significado y trascendencia que tuviera antaño.
En realidad no es tan sorprendente que «aparezcan» documentos. Los archivos no son almacenes de papel, son entes activos. Sus fondos varían porque hacen adquisiciones, reciben donaciones… y no siempre éstas han venido acompañadas de una lista detallada e inventariada. Clasificar los contenidos, ordenar, hacer accesible, es una tarea que comporta tiempo y recursos. Sólo cuando se hacen estos descubrimientos tal esfuerzo tiene una repercusión mediática, pero pone de manifiesto cuán importante es.
La constancia de la existencia de un documento es tan importante como la conservación física del mismo. Una cosa sin la otra no tiene sentido.
Os presento los cuatro abueletes de Sants:
- Llovera consultor de la parroquia de Collsabadell (manuscrito en latín), 1597.
- “Libro del santo misterio del azotamiento de la Confraría de alpargateros de San Francisco” (Llibre del Sant Misteri del asotament de la Confraria dels espardenyes de Sant Fran[ces]ch). Legajo en pergamino y papel verjurado, 1705.
- Contribución del caballero pensionado Juan Phelipe de Castaños. Impreso, 1773.
- Contribuciones y arbitrios. Impreso, 1808.
Desde mi ignorancia como documentalista, lo que mayor curiosidad me despierta es el misterio del azotamiento de la confraría de alpargateros (¿los azotaron a todos porque sus alpargatas eran defectuosas? O quizás éstas causaban nafras y lesiones a impíos y malhechores pero no a creientes ni gente de bien?).
La documentación estaba custodiada en condicions que garantizaban su estabilidad, y sólo se tuvo que intervenir en daños muy antiguos. Su valor justificaba un tratamiento de conservación de los más acusados: manchas de humedad, galerías de carcoma, pliegues con desgarros… entre otros.
En una entrada a parte describo el tratamiento de uno de ellos, que tenía la peculiaridad de tener un sello lacrado. Es muy importante preservarlo intacto, no sólo para no alterar su validez legal, sinó también porque la información que de él mana reside en su relieve, y esto hace que el aplanado de la hoja sea más complejo (¡no podemos aplastarlo en la prensa!). Se ha resuleto el conflicto haciendo un aplanado por tensión. Esta tensión no refiere al presunto tembleque del pulso del restaurador que ha de intervenir una pieza de esta antigüedad, sino a la aplicada para estirar los pliegues del papel. ¿Y no se aplana el relive del sello, también? –os diréis–. Pues no, ved cómo y porqué aquí.