¿Por qué desacidificar si (casi) no se ve?
La desacidificación de los papeles es una intervención química que tiene el objetivo de incrementar su pH (o de reducir su acidez, que es lo mismo).
Es un proceso que no suele tener consecuencias visibles a corto plazo ya que, estéticamente, el documento suele quedarse prácticamente igual que estaba.
A pesar de ello es de crucial importancia porque incide en la raíz de las causas de degradación de las fibras de papeleras.
La aportación de una reserva alcalina (o la neutralización de la acidez presente) en un documento con una cierta antigüedad, o que no es de óptima calidad, ralentiza significativamente su envejecimiento. Los medios ácidos aceleran los perjuicios del envejecimiento (oxidación de la celulosa, con consiguiente amarillamiento y debilitación).
Cuanto más largas son las cadenas de celulosa de un papel, más resistencia mecánica ofrece, y por tanto, una buena estabilidad química y un pH óptimo garantizan su perdurabilidad. Los valores de pH recomendados son de entre 7 y 8,5 (valores alcalinos).
Si bien la desacidificación no aclara los papeles oscurecidos (o no de manera considerable, en la mayoría de los casos), sí es cierto que un papel ácido suele haber sufrido un proceso de oscurecimiento o amarilleo, y del mismo modo, si detenemos o retrasamos este proceso, impedimos que en el envejecimiento de este soporte se dé este progresivo oscurecimiento.
La desacidificación se llevará a cabo por pulverización no acuosa cuando no sea necesario o posible lavar el papel, y por inmersión en agua de lo contrario, normalmente con hidróxido de calcio.
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A pesar de ello es de crucial importancia porque incide en la raíz de las causas de degradación de las fibras de papeleras.
La aportación de una reserva alcalina (o la neutralización de la acidez presente) en un documento con una cierta antigüedad, o que no es de óptima calidad, ralentiza significativamente su envejecimiento. Los medios ácidos aceleran los perjuicios del envejecimiento (oxidación de la celulosa, con consiguiente amarillamiento y debilitación).
Cuanto más largas son las cadenas de celulosa de un papel, más resistencia mecánica ofrece, y por tanto, una buena estabilidad química y un pH óptimo garantizan su perdurabilidad. Los valores de pH recomendados son de entre 7 y 8,5 (valores alcalinos).
Si bien la desacidificación no aclara los papeles oscurecidos (o no de manera considerable, en la mayoría de los casos), sí es cierto que un papel ácido suele haber sufrido un proceso de oscurecimiento o amarilleo, y del mismo modo, si detenemos o retrasamos este proceso, impedimos que en el envejecimiento de este soporte se dé este progresivo oscurecimiento.
La desacidificación se llevará a cabo por pulverización no acuosa cuando no sea necesario o posible lavar el papel, y por inmersión en agua de lo contrario, normalmente con hidróxido de calcio.
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A pesar de ello es de crucial importancia porque incide en la raíz de las causas de degradación de las fibras de papeleras.
La aportación de una reserva alcalina (o la neutralización de la acidez presente) en un documento con una cierta antigüedad, o que no es de óptima calidad, ralentiza significativamente su envejecimiento. Los medios ácidos aceleran los perjuicios del envejecimiento (oxidación de la celulosa, con consiguiente amarillamiento y debilitación).
Cuanto más largas son las cadenas de celulosa de un papel, más resistencia mecánica ofrece, y por tanto, una buena estabilidad química y un pH óptimo garantizan su perdurabilidad. Los valores de pH recomendados son de entre 7 y 8,5 (valores alcalinos).
Si bien la desacidificación no aclara los papeles oscurecidos (o no de manera considerable, en la mayoría de los casos), sí es cierto que un papel ácido suele haber sufrido un proceso de oscurecimiento o amarilleo, y del mismo modo, si detenemos o retrasamos este proceso, impedimos que en el envejecimiento de este soporte se dé este progresivo oscurecimiento.
La desacidificación se llevará a cabo por pulverización no acuosa cuando no sea necesario o posible lavar el papel, y por inmersión en agua de lo contrario, normalmente con hidróxido de calcio.